El Restaurante El Vint-Vint de Palamós sufria un grave problema acústico en su local. El sonido de las conversaciones, los cubiertos, el arrastrar las sillas... rebotaban en el techo y las paredes lisas generando un importante ruido de fondo. Esto provocaba malestar, estres y dificutad para entender el habla, afectando al bienestar tanto de sus clientes como de sus trabajadores.