La Escuela Pública Anexa-Joan Puigbert, situada en la ciudad de Girona, tenía un grave problema de confort acústico en dos espacios: la sala de música y el aula polivalente. Las paredes y techos lisos de estos espacios reflejaban las ondas sonoras que rebotan sobre su superficie, generando un ruido de fondo que dificultaba la comunicación, la concentración y provocaba estrés a los alumnos y profesores.
Gracias a la instalación de placas acústicas de excelente calidad de absorción acústica y resistencia al fuego, el tiempo de reverberación en la sala de música ha pasado de 1,88 a 0,63 segundos y en el aula polivalente de 2,59 a 0,84 segundos, reduciendo las frecuencias medio altas por encima de 1.500hz que son muy molestas para el oído humano.
Un cambio muy significativo que seguro notarán tanto alumnos como profesores, ya que hemos convertido estos espacios ruidosos en ambientes silenciosos y acústicamente confortables, mejorando su salud y el aprendizaje.