Los errores más comunes al planificar la acústica de un espacio

04/06/2025
Cèlia Ortiz

Revisamos los errores habituales que pueden comprometer el confort acústico y funcional de un espacio desde su diseño.

La acústica es uno de esos elementos que rara vez se perciben cuando funciona bien, pero que se vuelve insoportable cuando está mal resuelta. ¿Quién no ha sufrido un restaurante ruidoso, una sala de reuniones con eco o una escuela donde no se entiende nada?

En Gravis, llevamos años trabajando para que la experiencia sonora de los espacios no se note —y cuando se note, que sea para bien. Por eso, hoy te contamos cuáles son los errores más comunes a la hora de planificar la acústica de un espacio.

PROYECTOS DE DISEÑO ACÚSTICO
Pensar en la acústica demasiado tarde

Pensar en la acústica demasiado tarde

La realidad es que la acústica debería planificarse desde el principio del proyecto, junto con el diseño del espacio y su funcionalidad. Si se tiene en cuenta a tiempo, se pueden integrar los materiales, las formas y las soluciones adecuadas sin renunciar a la estética ni a la comodidad.

No tener en cuenta el uso real del espacio

No tener en cuenta el uso real del espacio

Cada espacio tiene necesidades acústicas diferentes según su uso. No es lo mismo un gimnasio que una biblioteca, una iglesia que una oficina, o un restaurante que una escuela. A menudo, se aplican soluciones genéricas sin tener en cuenta las dinámicas reales del espacio ni el tipo de actividad que se desarrollará. Para acertar, hay que observar cómo se utilizará realmente el espacio y diseñar la acústica a medida.

Priorizar la estética por encima del rendimiento

Priorizar la estética por encima del rendimiento

En muchos casos, se priorizan acabados visuales que pueden comprometer el rendimiento acústico. Un diseño puede ser estéticamente impecable, pero acústicamente problemático. Por eso, es fundamental encontrar un equilibrio entre forma y función: actualmente existen soluciones acústicas que se integran de forma discreta, personalizada y con alto valor estético.

Usar materiales inadecuados

Usar materiales inadecuados

Otro error habitual es utilizar materiales que no tienen propiedades acústicas o que incluso empeoran la situación. Por ejemplo, superficies duras y lisas como el vidrio, el hormigón o el metal reflejan el sonido y generan reverberación. Para un buen diseño acústico, se necesitan materiales absorbentes, difusores y barreras acústicas que se adapten a las características del espacio.

No consultar a especialistas

No consultar a especialistas

El último error —y el más grave— es no consultar a profesionales del diseño acústico. A veces se intenta resolver la acústica con soluciones improvisadas o estándar que no se ajustan a las necesidades reales. Un especialista analizará el espacio, los objetivos del cliente y las posibilidades del entorno para proponer una solución personalizada, eficaz y estética.

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