La contaminación acústica en oficinas, almacenes, salas de reuniones, aulas, comedores, pasillos, gimnasios y otros espacios puede darse por la suma de varios factores, tales como sistemas de sonido mal configurados, falta de aislamiento acústico o, sobre todo, por una falta de confort acústico.
Un mal diseño en la acústica de la sala da lugar a espacios reverberantes donde las conversaciones y los ruidos se reflejan en paredes y ventanas, generando un elevado ruido de fondo. Una exposición continuada a estos ambientes provocan problemas de salud, además de ser especialmente molesto cuando se intenta establecer una conversación con alguien.